sábado, 10 de noviembre de 2007

La Cruzada Religiosa de George Bush contra la

"George Bush's Religious Crusade Against Democracy: Fundamentalism as Cultural Politics"

www.dissidentvoice.org

August 4, 2004



La religión ha jugado siempre un poderoso rol en la vida diaria de los americanos. Pero nunca ha tenido tal influencia en los más altos niveles del gobierno Americano como bajo la presidencia de Bush. El movimiento conservador religioso que ha conseguido con la elección de George W. Bush prominencia política lo ve como su líder terrenal. Así lo señala Dana Milbank, escritora del staff del Washington Post:

Por primera vez desde que el conservadurismo religioso se convirtió en un movimiento político, el presidente de los Estados Unidos se ha convertido en su líder de facto – un estatus que incluso Ronald Reagan, admirado con fuerza por los conservadores religiosos, jamás alcanzó-. Publicaciones, radios y televisión cristianas, llenan de halagos a Bush, mientras los predicadores desde el púlpito consideran su liderazgo como un acto de la providencia. Una procesión de líderes religiosos que se han encontrado con él para testificar su fe, mientras en sitios Web dan coraje a la gente para apurar y rezar por el presidente. [1]

Considerado el líder de la derecha Cristiana, es visto por muchos de sus asistentes y seguidores como alguien con un propósito mayor. Su ayudante, Tim Goeglein, se hace eco de esta visión: "Pienso que el Presidente Bush es en esta hora el hombre de Dios, y digo esto con un gran sentido de humildad." [2] Ralph Reed, un viejo cruzado contra el divorcio, la familia de un sólo padre, el aborto, y actual cabeza del Partido Republicano de Georgia, valora su relación de Bush con los Cristianos de derecha en términos que no aplacan lo político.

Argumenta que el rol del movimiento conservador religioso ha dejado de ser estar solo en los límites desde que ha ayudado a elegir líderes que creen en la causa. Refiriéndose al nuevo rol hallado de la derecha religiosa, clama: "Ya no estás más arrojando piedras contra el edificio, ahora estás en él". [3] Bush no ha decepcionado a sus seguidores cristianos evangélicos.

Creyendo tener una misión directa de Dios, el Presidente Bush celebra abiertamente las virtudes de la moral cristiana, reza a diario, y expresa su ferviente creencia en la cristiandad tanto en sus elecciones retóricas y políticas. Por ejemplo, mientras era candidato a la presidencia en el 2000, Bush proclamó que su filósofo favorito era Jesucristo, en un discurso que se refería a los peligros existentes en Irak, afirmó: "No clamamos conocer todos los caminos de la Providencia, sin embargo aún podemos confiar en ella, poniendo nuestra confianza en el Dios amante detrás de toda vida, y toda la historia. Él nos puede guiar ahora." [4] Stephen Mansfield en su libro, La Fe de George W. Bush, señala que Bush le dijo a James Robinson, un predicador de Texas: "Siento que Dios quiere que vaya por la presidencia. No puedo explicarlo, pero siento que mi país va a necesitarme...Sé que no va a ser fácil para mí o mi familia, pero Dios quiere que lo haga." [5]

Rodeado por misioneros renacidos y por Dios, más que por lo más básicos principios de la democracia Americana como fuente de su liderazgo, Bush ha desarrollado recientemente políticas menos basadas en las necesidades sociales que en un sentido moral personal y estrecho de propósito divino. Utilizando el privilegio de ejecutar la acción, ha intentado agresivamente evangelizar el reino de los servicios sociales.

Por ejemplo, ha dado acceso a una extensión más grande que cualquier otro presidente, más fondos federales para grupos religiosos cristianos que proveen una gama de servicios sociales. También, ha facilitado las reglas para que "instituciones abiertamente religiosas accedan a $ 20 billones en becas de servicios sociales y otros $ 8 billones en dinero para desarrollo Urbano. El dinero de los impuestos ahora puede ser construir y renovar casas de culto si no son utilizadas para la habitación principal del predicador, el santuario o la capilla." [6]

También dio más de $ 60 billones en fondos federales para iniciativas basadas en la fe organizadas por grupos religiosos caritativos. [7] No todos los grupos religiosos, de todas formas, reciben igual financiamiento. El repartir leonino de dineros federales va a organizaciones cristianas, esto se transforma en una forma de veredicto de algunas religiones sobre otras, y mina la idea de libertad religiosa. Sumado a esto, ha prometido que tales agencias pueden obtener fondos federales "sin ser forzadas a cambiar su carácter o comprometer su misión". [8]

Esto significa que tales organizaciones y grupos pueden ahora recibir fondos aunque discriminen motivados en sus creencias religiosas en las prácticas que emplean. Los dos programas que Bush presentó en su State of the Union durante de Enero del 2003; en este manifiesta "usar la conversión religiosa como tratamiento." [9] También creó una oficina en la Casa Blanca encargada enteramente a proveer asistencia a organizaciones basadas en la fe que solicitan fondos federales. Más aún, utiliza el programa de voucher escolar para permitir a los colegios privados recibir dinero público, rehusándose los fondos a aquellas escuelas que "interfieran o fallen integrar el rezo del estudio de la Biblia por parte de estudiantes y maestros." [10]

El Secretario de Educación, Rod Paige, dejó en claro cómo se siente acerca de la separación de la Iglesia y el Estado cuanto dijo a una publicación Bautista que el cree que las escuelas deben enseñar valores cristianos. Cuando fue llamado a renunciar por un número de críticos, Paige se negó y su oficina declinó aclarar, si no repudiar, que ni las escuelas públicas deben enseñas valores cristianos ni que los padres deben sacar de ellas y enviarlos a escuelas parroquiales. Su oficina respondió bruscamente: "Las cuotas son las cuotas." [11]

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